A lo largo de la Historia y antes de que existiese una credencial que identificase al peregrino, el Camino de Santiago fue recorrido por hombres de distintas épocas y regiones de Europa (Francia, Escocia, Normandía, Iberia, Judea, Libia…) que, movidos por su fe religiosa, dejaron su impronta en el arte, la literatura, la gastronomía y las formas de vida de los pueblos que integraron la ruta jacobea. El papel de todos estos peregrinos, anónimos en su mayoría, es primordial para entender ciertos aspectos de nuestra cultura e incluso en la propia configuración de los trazados del Camino.
Algunos nombres, a pesar de todo, han perdurado frente al paso del tiempo. Nos referimos a personajes históricos, promotores o peregrinos ilustres cuyas vidas están unidas inseparablemente a la propia Historia del Camino. Seguir sus pasos durante nuestro tour hace que nos sintamos parte de un legado atemporal de tradiciones y espiritualidad que sobrepasa las anécdotas circunstanciales de nuestra vida cotidiana.
En nuestro artículo de hoy os hablaremos de algunas de estas personalidades que a través de los siglos contribuyeron a forjar la propia historia del Camino de Santiago.
Según el Códex Calixtinus, el primer peregrino oficial fue el rey leonés Alfonso II el Casto quien emprendió su viaje en el año 830 después de que el obispo de Iria Flavia, Teodomiro, le advirtiese del descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago. El monarca ordenó construir una iglesia primitiva que se convirtió en el centro de las peregrinaciones a Compostela. Para Alfonso II el hallazgo de los restos del Apóstol tenía una importancia no sólo religiosa sino también militar, ya que en el primer tercio del siglo IX la invasión musulmana estaba prácticamente consolidada y los reinos cristianos del norte se resistían a la dominación. Santiago de Compostela era un referente para unir a todos los cristianos y animarlos a planear la Reconquista.
Años después, hacia el 951, el obispo francés Gotescalco hizo un largo viaje desde su país a Finisterre acompañado de un séquito enorme. El Camino de Santiago empezaba a cobrar importancia dentro de Europa llevando consigo a muchas gentes insignes. Algunos reyes o señores de nobleza que visitaron la tumba del Apóstol fueron: Maltilde (hija del rey de Inglaterra Enrique I) en 1125, Guillermo X (duque de Aquitania) en 1137, Alfonso VII en 1138, Luis VII (rey de Francia) en 1154 y Santa Isabel de Portugal en 1325.
Recorrer el Camino Primitivo era casi una heroicidad puesto que resultaba demasiado inseguro y peligroso. Raimundo II, marqués de Gothia, fue asesinado cuando hacía el Camino en el año 961. Es el primer caso de asesinato del que tenemos noticia. El conde Allard también fue asaltado por ladrones en el monte Aubrac aunque no perdió la vida y de hecho, para evitar a otros peregrinos experiencias tan desagradables, fundó una hospedería con su nombre que regentó hasta su muerte.
Conocer los trazados del Camino, los sitios donde encontrar albergue, etc. comenzaba a ser algo muy necesario. Hacia 1140 el monje francés Aymeric Picaud, elaboró la primera guía turística del Camino: “Guía del peregrino de Santiago de Compostela” incluida en el libro V del Codex Calixtinus. Se trata de un estudio pormenorizado de la ruta jacobea. Aymeric Picaud cuenta con todo lujo de detalles su peregrinación desde Roncesvalles hasta Santiago, incluyendo detalles anecdóticos y muy interesantes sobre las diferentes rutas a seguir, descripciones de los pueblos íberos (tanto de su geografía como de sus costumbres, tradiciones y gastronomía), santuarios y monumentos en el trayecto o peligros que debía evitar el peregrino. En resumen, era un documento muy moderno y completo para la época.
El año 1122 fue declarado Año Santo Compostelano por el Papa Calixto II. Durante el siglo XII se produjo una llegada masiva de peregrinos de otras partes de Europa, comenzando por las órdenes de Cluny y San Francisco de Asís, hasta el rey Luis VII de Francia, los Duques de Aquitania, Guillermo de Poitiers o Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona. Algunos artistas muy importantes de la época como el afamado pintor Jean van Eyck, se convirtieron también en peregrinos. El Camino de santiago recibía y emanaba cultura, hermanando a todos los pueblos de Europa. No en vano el poeta Dante Alighieri dijo que la identidad de los pueblos de Europa se forjó alrededor del Camino.
Ciertas referencias a personajes de esta época están a medio camino entre la realidad y la leyenda, como por ejemplo la presencia del Cid que se recoge en el Romancero Castellano pero no tiene fuentes históricas fiables.
Quienes sí peregrinaron en dos ocasiones a Compostela fueron los Reyes Católicos. La primera vez en 1488 y, al parecer, una segunda en 1496 para agradecer al Apóstol la conquista de Granada. Años después, en 1502, sería su hija Doña Juana y Felipe el Hermoso quienes se convertirían en peregrinos. También lo haría el rey Felipe II en el año 1554, antes de casarse en Winchester con la reina de Inglaterra.
A partir de la segunda mitad del siglo XVI, las peregrinaciones a Santiago fueron menos numerosas pero no cayeron en el olvido. Algunos peregrinos reales de aquella época son Luis XI de Francia y el destronado Jacobo III de Inglaterra.
Ya en el siglo XX, la inestabilidad política de España y la Guerra Civil propiciaron el declive de Compostela.
Afortunadamente, gracias a la labor de la Unesco, de la UE y al apoyo del Papa Juan pablo II y de miles de peregrinos europeos y españoles que aman esta hermosa ciudad, Santiago de Compostela vivió un auténtico renacer en el último cuarto del siglo XX.
¿Podemos hablar de peregrinos ilustres en la actualidad? Tal vez no pertenezcan a la realeza pero sí al mundo de la cultura y de la información como es el caso del actor Anthony Quinn quien inició su tour a Santiago de Compostela en el año 1999 y afirmó sentirse impresionado por la riqueza de los lugares que tuvo la suerte de visitar.
Otros personajes famosos modernos que peregrinaron a Santiago son el escritor Sánchez Dragó (1971) o la actriz Shirley MacLaine (1994).
Os dejamos con una frase de esta última peregrina para despedir nuestro artículo de hoy:
“Dicen que el Camino se encuentra directamente debajo de la Vía Láctea, y que sigue las líneas que reflejan la energía de los sistemas estelares suspendidos encima de él…
La energía del Camino era ampliamente conocida por los pueblos de la antigüedad, los cuales sabían que favorecía la introspección y el conocimiento de uno mismo… El viaje se hace con la intención de encontrar el más profundo significado espiritual del ser y tomar decisiones respecto a los conflictos interiores”.