Paseando entre jardines: descubre la ruta de las camelias (1ª parte).

Una de las flores más bonitas y apreciadas que existen es la camelia. Seguro que la has visto en más de una ocasión pero ¿conoces la historia que rodea a esta flor?

Su nombre viene de su descubridor, el misionero Georg Joseph Kamel que en el siglo XVII la importó desde Japón hasta Europa.

Aunque su existencia en nuestro continente sea relativamente breve, en comparación con la de otras flores, las primeras evidencias de su cultivo se remontan a 5000 años de antigüedad, cuando en China se cultivaban principalmente para obtener té (la variedad Camellia sinensis) o aceite (Camellia oleifera).

El árbol de la camelia es conocido en Japón como “tsubaki” o “árbol de hojas brillantes” y tenía una simbología especial la cultura de este país. Según una creencia de la religión Shinto, el espíritu de los dioses habitaba en las flores del Tsubaki cuando visitaban la tierra. Las plantas de la camelia se consideraban inmortales y se depositaban sobre las tumbas de los samurai.

En Europa la flor de la camelia se asocia al romanticismo y la elegancia. Estuvo muy de moda en el siglo XIX e inspiró las obras de muchos artistas, sobre todo de pintores pero también de escritores como es el caso de Alexandre Dumas que escribió La dama de las camelias. Tiempo después Coco Chanel la tomó como símbolo de su maison.

Pero ¿cómo llegaron las camelias a Galicia?

Se piensa que fueron introducidas por los marineros españoles y portugueses ya en el siglo XVI, aunque no existen pruebas escritas que avalen esta teoría. Lo que sí sabemos es que muchas de las camelias que crecen hoy día en parques y jardines gallegos, fueron importadas de Portugal a mediados del siglo XIX, cuando estaban muy de moda y eran muy demandadas.

En un principio se plantaron en los pazos y casas señoriales de la nobleza, pero con el tiempo llegaron también a los jardines y terrenos tanto públicos como privados, hasta convertir a Galicia en un referente internacional en el cultivo de esta planta.

Existen en Galicia 8000 variedades diferentes de camelia, y esto se explica por las características óptimas para el cultivo de esta flor en nuestra región: suelos fértiles, climas húmedos y temperaturas suaves.

Su belleza, abundancia y la diversidad botánica de nuestros jardines y entornos naturales, han dado lugar a la aparición de una nueva ruta turística llamada “ruta de las camelias”.

¿Eres un amante del arte y la naturaleza y te gustaría vivir una experiencia turística diferente? La ruta de las camelias nos permite conocer los espacios verdes más fascinantes que albergan los pazos gallegos y descubrir los misterios que ocultan sus piedras, además de degustar los vinos y productos típicos de cada región.

Dado que la ruta de las camelias es muy extensa, dedicaremos una serie de artículos a hablar de cada uno de los lugares de interés que podemos visitar en este recorrido. De todos modos, recuerda que muchos de los sitios que os proponemos visitar son compatibles con algunos de nuestros tours (por ejemplo, podemos ver el parque de la Alameda en Santiago después de completar el Camino).

Esperamos que os guste esta propuesta. Si tienes alguna duda o sugerencia, puedes contactar con nosotros para pedir más información sobre la ruta de las camelias.

1) Parque de la Alameda en Santiago de Compostela.

Situado en el casco antiguo de Santiago, es uno de los lugares más emblemáticos y transitados de la ciudad. Una ruta en forma de herradura donde disfrutar de un paseo romántico y modernista.

El escritor español García Lorca recuerda así su paso por santiago y sus jardines poblados de camelias:

“Llueve en Santiago
mi dulce amor.
Camelia blanca del aire
brilla entebrecida al sol”.


Desde la Alameda podemos llegar también a la centenaria “carballeira de San Lourenzo”, cruzando la Avenida das Burgas. Detrás de este antiguo robledal se encuentran los jardines del Pazo de San Lourenzo, protegidos por una alta muralla de piedra. Estos jardines están considerados como una de las obras más relevantes de la jardinería geométrica española, tanto por su tamaño como por sus más de cuatro siglos de historia. Albergan más de cien especies vegetales entre las que destacan las variedades de camelias, cuyos ejemplares más antiguos se conservan desde el siglo XIX.

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