Hace algunos meses hablamos en el blog de la importancia del turismo religioso en la Península Ibérica y de otras peregrinaciones alternativas al Camino de Santiago, entre las que tienen una trascendencia especial los templos dedicados a la Virgen María.
Los santuarios marianos proliferaron durante la Edad Media en Galicia y el norte de Portugal. Algunos de ellos son todavía más antiguos de lo que se piensa, siendo su construcción anterior a la llegada del cristianismo a la Península. Están asociados con apariciones de la Virgen y todo tipo de milagros increíbles.
Si sientes una gran devoción por la Virgen María o si ya has hecho el Camino de Santiago y tienes ganas de iniciar una peregrinación diferente, en Pambre Tours te aconsejamos visitar con nosotros los siguientes santuarios marianos en Galicia. Son lugares mágicos donde el arte, la tradición y las leyendas nos invitan a vivir una experiencia única como peregrinos.
Nuestra Señora de las Ermitas
Se encuentra en la provincia de Orense, a medio camino entre Viana do Bolo y A Rúa.
Su construcción se remonta al siglo XVII y está considerado como una de las joyas arquitectónicas del Barroco gallego.
Tiene dos majestuosas torres y una fachada profusamente decorada con estatuas y columnas ornamentales.
Su construcción está asociada con una aparición milagrosa de una talla de la Virgen. Otras leyendas hablan de una fuente en este lugar, cuyas aguas tenían poderes curativos.
Si visitas el santuario de Nuestra Señora de las Ermitas, no dejes de admirar su Altar Mayor (decorado con todo lujo de detalles), sus retablos o su hermoso cruceiro de estilo barroco.
Santa María La Real
Este santuario situado en Lugo, O Cebreiro, es uno de los más antiguos de Galicia y también el segundo más visitado después de la Catedral de Santiago.
También es la puerta de entrada de los peregrinos que hacen el Camino Francés pasando por la provincia de Lugo.
Alrededor de este lugar de culto existen algunas tradiciones y leyendas muy interesantes. Nos referimos al Santo Milagro documentado hacia el año 1300.
Cuenta esta leyenda que un vecino de la aldea de Barxamaior acudía todos los días a misa pese a las inclemencias del tiempo. Una tarde de tormenta el campesino llegó empapado y aterido de frío al monasterio. Mientras consagraba el pan y el vino, el monje se mofaba de su fe pensando que no valía la pena tanto sacrificio. Al momento el fraile contempló como la Hostia se convertía en carne y el Cáliz rebosaba de sangre hasta teñir el altar. La leyenda acaba diciendo que la Virgen de O Cebreiro inclinó la cabeza en el momento del milagro para verlo mejor.
El 8 y el 9 de septiembre se celebra la fiesta del Santo Milagro y acuden al santuario miles de peregrinos, siendo una de las romerías más concurridas de toda Galicia.
¿No crees que sería emocionante oír una misa en este santuario envuelto de misticismo? Si tienes la oportunidad de visitarlo, no dejes de admirar la talla de la Virgen de O Cebreiro que data del siglo XII o el cáliz mágico, presente en el escudo de Galicia y que algunos expertos identifican con el Santo Grial.
Nosa Señora do Corpiño
Situado en Lalín (Pontevedra) este santuario cuenta con una larguísima tradición de devoción. Se erigió en un lugar de culto muy antiguo. Sus tierras están rodeadas de castros y campos de “mámoas” (como el de Oirós, uno de los más extensos de Galicia).
A pesar de que pasó por varias reformas, sabemos que como lugar de peregrinación tiene unos orígenes muy remotos (aparece ya mencionado en documentos del siglo XIII).
El relato de su construcción es también apasionante. Hace muchos siglos vivía en el Monte do Carrio un piadoso ermitaño que dedicaba su vida a rezar a la Virgen y a perdonar pecados. La gente acudía a él en busca de ayuda y consuelo. Al morir sus paisanos decidieron conservar su cuerpo incorrupto en aquel lugar, que con el tiempo se convirtió en un centro de peregrinación. Años después, cuando los árabes invadieron estas tierras, sus devotos escondieron el cuerpo del santo en una cueva cercana al lugar donde hoy se levanta el santuario. Muchos siglos después, estas tierras fueron repobladas… pero ya nadie se acordaba de este santo “corpiño” cuya capilla se había derruido y estaba cubierta de maleza. Sin embargo, en el momento menos pensado, sucedió un milagro.
Dos jóvenes pastores vigilaban su ganado cuando se desencadenó una gran tormenta. Buscando refugio, entraron en las ruinas donde estaba oculto el cuerpo del santo. En aquel momento se apareció la Virgen con el Niño Jesús en sus brazos, cubierta de un gran resplandor. Nadie creyó a los pastores, pero las apariciones continuaron sucediéndose hasta que los habitantes de la aldea encontraron una vieja sepultura en aquel lugar, con el cuerpo incorrupto del santo ermitaño.
Se piensa que este santo no es otro que el anacoreta Adrián, quien vivió hace mucho tiempo en estas montañas, dedicando su vida a la oración y a la penitencia. Sus vecinos lo veían como a un santo y tras su muerte construyeron una pequeña capilla en su honor. Según el historiador Vicente Risco, las peregrinaciones al sepulcro del santo se inciaron en el siglo VIII, poco después de su muerte. Luego habla de su extravío durante la invasión musulmana y de su recuperación fortuita en el siglo XII.
Según cuenta la tradición popular, peregrinar al santuario de Nosa Señora do Corpiño puede curar milagrosamente diferentes dolencias, entre ellas la posesión diabólica o de espíritus malignos. Su sacerdote actual es uno de los pocos privilegiados que cuentan con la autorización del Vaticano para poder realizar exorcismos.
La procesión y las ofrendas de los fieles dentro del santuario siguen la mayoría de las pautas que marca la liturgia de la Iglesia: Santa Misa, Penitencia, Comunión… junto con las oraciones propias de la tradición mariana. Pero también cuenta con ritos propios destinados a ahuyentar a los demonios y liberarse del mal: rociado con agua bendita, imposición de los Evangelios y contacto con la “Reliquia”. Esta última es un trozo del velo de la Virgen María, traído desde Roma en el siglo XIX.
Las fiestas grandes de este santuario se celebran el 23 y 24 de junio, el 1 de mayo y el 25 de marzo. En ellas podemos asistir a las romerías más vistosas del lugar, con procesiones de las cofradías y asociaciones parroquiales.
Si te gusta el turismo religioso y en particular todo lo que tiene con la tradición de culto mariana, este es un lugar de referencia que merece la pena visitar.
Santa María de Pastoriza
Se encuentra en Arteixo (provincia de La Coruña).
Este bonito santuario tiene una historia rodeada de leyendas. Se construyó bajo el mandato del rey suevo Reckiario tras convertirse al cristianismo en el 448. Luego fue destruido por los normandos en el siglo X, pero la imagen de la Virgen se salvó oculta bajo unas piedras y fue encontrada siglos después por una niña que apacentaba el ganado, renovándose el culto con gran devoción hasta nuestros días.
Desde el santuario puede verse el monte de la Cruz, donde según cuenta la leyenda estuvo oculta la imagen, un conjunto megalítico llamado Berce da Virxe.
Siguiendo un antiguo ritual, los romeros dan tres vueltas a las piedras del santuario y besan la imagen de la Virgen.
También podemos ver en este lugar los restos de un antiguo castro y la “Silla del Rey” donde, según cuenta la leyenda, el rey suevo Reckiario contemplaba la ciudad de los suevos.
A Virxe da Barca
Ubicado en Muxía, es uno de los santuarios más antiguos de Galicia.
Según cuenta una leyenda, la Virgen llegó a este lugar a bordo de una barca de piedra para confortar al Apóstol Santiago. Los restos de esta barca se conservan junto a la capilla.
Este santuario tiene su peregrinación propia, que es la prolongación del Camino de Santiago hacia Finisterre que hacían los primeros peregrinos y que también puedes realizar con Pambre Tours.
Nuestra Señora de los Milagros
Este bonito santuario está situado en la parroquia de Caión, Coruña.
Sabemos que fue un lugar de culto desde los orígenes del cristianismo y que debió existir aquí una iglesia románica muy primitiva. Aún así el templo actual data del siglo XIX y es de estilo barroco compostelano. Tiene planta rectangular y una sola nave, mientras que la fachada está profusamente decorada.
En las proximidades del santuario podemos acceder a un excelente mirador desde el que obtendremos una buena vista de la playa de As Salseiras y de un buen tramo de costa.
Cada 8 de septiembre se celebra aquí la romería del Ayuntamiento de Laracha, la “romería de los milagros” declarada de Interés Turístico en Galicia. La Virgen se traslada en procesión desde la Iglesia de Nuestra Señora del Socorro hasta el Santuario de los Milagros.
Además de ver a la Virgen de los Milagros, los peregrinos se acercan a la fuente santa a la que la tradición popular atribuye propiedades curativas.
Santa María de La Lanzada
Es una ermita muy pequeña en Pontevedra pero ligada a un antiguo ritual de fecundidad. Las mujeres que desean quedarse embarazadas deben meterse en el agua en luna creciente (o llena) y dejar que pasen sobre ellas nueve olas para que así se cumpla su deseo.
Santa María de Ribarteme
Situada en el municipio pontevedrés de As Neves, en esta ermita se celebra según el diario británico The Guardian, una de las festividades más raras del mundo. Sus devotos y penitentes acuden al templo dentro de ataúdes para agradecer a Santa Marta (hermana de Lázaro) y a la Virgen su intercesión para curarse de graves enfermedades. Hacen el recorrido desde la Iglesia de Santa Marta hasta el cementerio y vuelven al punto de partida. El sonido de las campanas se acompasa de un cántico repetitivo: “Virgen de Santa Marta, estrella del norte, te traemos a los que vieron la muerte”. Multitud de fieles se acercan a la imagen de Santa Marta para tocarla o frotarle una estampita.
Ermita de la Virgen de Chamorro o Virgen del Nordés
Esta ermita cristiana del siglo XVI se encuentra en el municipio de Ferrol, Coruña.
Su construcción está asociada a un milagro en el cual la Virgen salva a un pescador de morir ahogado. En 1666 se crea su cofradía que organiza una romería para difundir su devoción. Los fieles suben a la ermita de pie o de rodillas para oír misa y presentar sus respetos a la Virgen. También suelen celebrar jornadas campestres en las inmediaciones del santuario.
Existe una gran cantidad de motivos por los que la gente acude a estos santuarios: curarse de enfermedades, conseguir fortuna, proteger a sus seres queridos, tener hijos, encontrar pareja, librarse de sus pecados… No es imprescindible tener fuertes creencias religiosas para apreciarlos y respetarlos.
También son joyas arquitectónicas, nos hablan de siglos de historia, leyendas y tradiciones orales que definen una parte importante del folclore del pueblo gallego.