Después de visitar las capillas de la nave principal y del crucero, abandonamos la Catedral por la fachada del Obradoiro y caminamos hacia el museo catedralicio.
Dentro de esta planta baja podremos contemplar las piezas románicas del taller del Maestro Mateo: capiteles y esculturas de asombrosa solemnidad.
Sólo avanzando unos pasos, llegaremos a otra pequeña sala donde se exponen las piezas del antiguo coro pétreo construido en el segundo tercio del siglo XIII.
En el suelo, está al descubierto un trozo de antigua calzada medieval. Otra pieza a destacar es la del miliario de Calígula, fechada en el año 40 d.C.
Volviendo a la entrada del museo, en la sala siguiente se ve en la pared de la derecha la reconstrucción del rosetón del taller del Maestro Mateo (hacia el año 1200) que procede de la fachada occidental de la Catedral que cerraba el Pórtico de la Gloria. En las otras paredes, restos de piezas de la primitiva fachada del Paraíso, hoy llamada de la Acibechería. Entre estas vemos unas columnas helicoidales de mármol del siglo XII. A su lado, dos vaciados de los capiteles fundacionales de la Catedral, cuyos originales se encuentran en la capilla del Salvador, en la girola de la Catedral.

Saliendo de estas tres salas subiremos unas escaleras que conducen a la primera planta, donde hay otras estancias con esculturas de diferentes épocas. En la primera, a la izquierda, destaca un relieve de granito del siglo XIV representando la entrada de Jesús en Jerusalén. A su lado, una escultura sedente del Apóstol realizada en granito policromado en el siglo XIII. En medio de esta pared vemos un relieve de la Adoración de los Magos que pertenecía a la capilla de doña Leonor (siglo XIV), tallado en granito y policromado. En frente, dos piezas de la Anunciación, hechas en piedra caliza policromada (siglo XV).

En la sala siguiente hay una serie de esculturas de Gregorio Español y de Juan Dávila. Sobresalen de toda la sala tres relieves en madera relacionados directamente con la ciudad de Santiago. El primero de ellos representa el traslado de las campanas de la Catedral de Santiago hasta la ciudad, a hombros de los moros, un hecho que ocurrió en 1236. El otro relieve representa a un grupo de peregrinos llenos de alegría en el Monte do Gozo, primer punto del Camino de Santiago desde donde se divisan las torres de la Catedral. El tercer relieve representa un pasaje del traslado del cuerpo del Apóstol desde Padrón a Santiago sobre un carro de bueyes.

En el centro de la sala, una Inmaculada de la escuela de Mateo de Prado.
En la tercera sala se encuentran, protegidos por unas vitrinas, una serie de manuscritos y dibujos de la fachada del Obradoiro y de la torre del Reloj.
Tras abandonar estas tres salas, podemos subir por unas escaleras que nos llevan directamente al claustro de la Catedral y a la biblioteca. Pero os hablaremos de estos lugares en otra ocasión no muy lejana.